Por esta razón, las marcas se han vuelto mucho más receptivas a los hábitos de consumo de esta generación, para de esta manera actuar “correctamente” según las preocupaciones y preferencias de ellos, los cuales tienen mayor sensibilidad a problemas sociales, mayor capacidad para desarrollar inteligencia emocional, mayor empatía y sentido de justicia, y así mismo, esperan sentirse identificados con las marcas que consumen y sus ideales.